Pasan las horas y los días
mientras yo disfruto
de esa espera en el tiempo. Inigualable
en su ritmo,
en su belleza
que no se desvanece
cuando comprendo,
sé,
que en él. Todo
se fortalece,
crece
y se unifica,
adquiriendo coherencia y sentido.
Siendo más sutil la diferencia
entre lo aprendido y adquirido,
entre lo ignorado y conocido,
entre lo nuevo e inesperado,
entre lo apreciado y querido...
pasan las horas y los días.
2 comentarios:
Y seguramente, habrá valido la pena...
Precioso poema María José.
Un abrazo.
Maat
Gracias Maat. Me alegro que te haya gustado. Deseo que para ti también sea la espera como la expreso en el poema. Que lo sea para todos. Un abrazo y ¡Feliz día!
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