Se queda un fragmento de mi vida
en este papel blanco, rallado y con brillo
que elegí
para recordar a la pequeña ola, que desde el mar
vino en mi busca, sin saber nada de mí
susurraba su lenguaje eterno,
sintiéndose importante, retirándose
cuando yo intentaba aferrarme a su espuma...
blanca, insondable y fugaz.
2 comentarios:
Me sugiere tu poema:
Vive el momento, pero sin aferrarte a él. Quizás ni a lo bueno ni a lo malo, lo bueno porque lo echarás de menos y lo malo porque desearás pasarlo.
Y transmite calma, la calma necesaria para vivir ese momento.
Besos
Limonchela ;)
Gracias por tu comentario.
Siempre me haces pensar en lo que dices.
¡Te deseo un feliz fin de semana!
Un abrazo enorme. Me alegra saber que sigues ahí.
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