Que tu vida discurra tan apaciblemente como un río.
Que tu despertar al día sea con alegría.
Que la espera de lo que buscas y deseas sea gozosa, llevadera... gratificante.

Gracias por visitar el blog. Un abrazo.

María José.

NO HAY NADA COMPARABLE















No hay nada comparable al silencio que recorre las calles conmigo cuando regreso a casa.
Él y yo, mano a mano, dejamos las huellas de un ayer y un hoy que se va yendo, poco a poco, por las esquinas y rincones oscuros que dejamos al pasar, atrás.



2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me gustan esos paseos con el silencio.

María José dijo...

¡Hola Anónimo!:
Se me olvidó decir que a mí también me gustan, como a ti.
¡Feliz semana!