Que tu vida discurra tan apaciblemente como un río.
Que tu despertar al día sea con alegría.
Que la espera de lo que buscas y deseas sea gozosa, llevadera... gratificante.

Gracias por visitar el blog. Un abrazo.

María José.

DUERME, NIÑO, DUERME










Dime, niño, dime:
¿Por qué tú has venido?
¿No ves qué peligro corres
qué los malos acechan,
que las envidias hieren
a los que son bendecidos por muchos laureles?

Yo vengo a sanar al mundo
que llora y grita
por no sentirse querido.
Yo vengo a sanar al mundo
de odios, guerras, rencores.

Duerme, niño, duerme.
Todavía es pronto

para hacer lo que dices.
Estaré aquí para velarte.
Te lo prometo.

Duerme, niño, duerme.
Duerme, niño, duerme.

No hay comentarios: