Este cuadro lo pintó una niña que aún no había cumplido cinco años. Su abuela me contó que había ganado un concurso con él y que ahora lo tiene enmarcado en el salón de su casa. Está muy orgullosa de su nieta.
Con permiso de ella os lo muestro. Ahí está: el patito, la casa, el árbol... Todo un despliegue de colorido y ternura. Es la mirada de una niña feliz.
Un abrazo muy fuerte a la abuela. Y besitos y mi felicitación para la niña.
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