Había en su memoria un agujero, un punto negro, un abismo abierto por cuatro meses de agonía, y en él se habían perdido muchas cosas. Preguntábase si estaba bien seguro de haber visto al señor Fauchelevent, a un hombre tan grave y tan sereno en la barricada.
Y no era este el único estupor que las apariciones y
desapariciones del pasado le habían dirigido en el espíritu; ni debe creerse
que estuviese libre de esas insistencias de la memoria que nos obligan, aun
siendo dichosos, aun hallándonos satisfechos, a mirar melancólicamente hacia
atrás. La cabeza que no vuelve a contemplar los horizontes ya desvanecidos, no
encierra ni pensamiento ni amor.
A veces Marius se cogía la cara entre las manos, y el vago y
tumultuoso pasado empañaba el crepúsculo que tenía en el cerebro.
Victor Hugo
2 comentarios:
Has elegido una de mis novelas favoritas! tu blog es excelente.
Gracias por visitar el mío!
saludos.
¡Hola Mercedes!: Lo mismo te digo. Gracias por visitar mi Blog.
Me han gustado mucho tus poemas.
Un abrazo.
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