Que tu vida discurra tan apaciblemente como un río.
Que tu despertar al día sea con alegría.
Que la espera de lo que buscas y deseas sea gozosa, llevadera... gratificante.

Gracias por visitar el blog. Un abrazo.

María José.

Y NADIE SE PARA









Llueve.
Llueve por todo.
Llueve sobre el bosque.
LLueve sobre la arena de la playa.

Hasta por mis ojos llueve.

Y nadie se para.
Nadie cruza la mirada
mientras la lluvia cae por nuestras espaldas.

La ternura se desplaza.
Busca refugio
que la ampare del frío horizonte,
que contemplo;
y que, como un puñal, desgarra. .


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