Los niños de la concha
Bartolomé Esteban Murillo
Nunca de niño imaginé
que las calles estuvieran vacías de verdades.
Que las verdades
estuvieran tan a la vista
que casi nadie puede verlas.
Nunca creí que yo mismo
tuviera mi papel en esta obra
a la que cada uno clasifica en diferente género.
Así el Sol se va cada día
a esconderse del mundo.
Ni él aguanta este teatro.
Y la Luna
siempre con distinta opinión.
De niño nunca imaginé
qué pequeño es ser grande
y qué grande es ser pequeño.
Nunca sospeché
lo oscuro que es ser transparente.
Y lo difícil que es ser sencillo.
Lo complejo que es ver lo simple.
Y lo absurdo que es ser racional.
Jaime Villarreal
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