Que tu vida discurra tan apaciblemente como un río.
Que tu despertar al día sea con alegría.
Que la espera de lo que buscas y deseas sea gozosa, llevadera... gratificante.

Gracias por visitar el blog. Un abrazo.

María José.

UN SIETE DE NOVIEMBRE


Un siete de noviembre regresé al ayer.
Y recordé gratos momentos vividos
que creía haber olvidado en la madurez.

Pero estaba equivocada.
Los recuerdos sólo esperaban
a que mi corazón latiese por ellos. Otra vez
os llamé: ¡Compañeras, compañeras!
¿Qué caminos insondables son éstos
que han hecho que nos volvamos a ver?

Después de casi treinta y cinco años
una comida me llevó a vosotras
para contemplar en vuestros ojos la mirada de inocencia
que durante estos años conservasteis para mí.
Por ella os reconocí, compañeras.
Como antaño… os llegué a querer.

¡Compañeras! ¡Compañeras!:

¡Qué gran misterio es éste
que hace que este encuentro sea...
pasado, presente y futuro, a la vez!

Un siete de noviembre regresé al ayer.
Y recordé gratos momentos vividos
que creía haber olvidado en la madurez.

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